Los antecedentes generales


Las Colonias Escolares de Vacaciones son la concreción del compromiso social con la formación integral de los jóvenes mediante la instrucción en y sobre el territorio. Su precedente está en la expedición dirigida en 1876 por Walter Bion, desde Zurich al cantón de Appenzell, integrada por 68 niños y 10 maestros, cuya finalidad era mejorar la forma física de todos los participantes en un ambiente sano, mediante el ejercicio, la formación intelectual y moral.

Su eficacia se divulga en sucesivos congresos internacionales durante la década siguiente. En el celebrado en Zurich, en 1888, participa Manuel Bartolomé Cossio, quien como director del Museo Pedagógico de Instrucción Primaria de Madrid había organizado en 1887 la primera Colonia Escolar de Vacaciones, en Cabezón de la Sal, en la que participa el catedrático ovetense Aniceto Sela y de la que da cuenta en el Boletín de la ILE (1887,252). El proyecto cuaja en un movimiento de renovación higiénica, pedagógica y de compromiso social que en Oviedo alcanza a su Universidad, en Cataluña y Madrid al movimiento excursionista y, en general, en España a las sociedades de Amigos del País y a los facultativos interesados en la “higiene y la demografía”.

Es significativo y da idea de la modernidad de Asturias, que en ella cuajen estas ideas, promovidas desde varios grupos. El más potente es el asociado a su Universidad, la única en España que lo concreta, valiéndose de su prestigio, voluntad y estrechos contactos con los sucesivos gobiernos y con las vanguardias de la época. De Castropol es el héroe de la mar, Fernando Villaamil, quien renueva los estudios navales bajo el mismo paradigma práctico, y en Castrillón están las Escuelas del Ave María, del movimiento manjoniano. La misma villa de Salinas es la concreción del proyecto regeneracionista en el urbanismo, con las pautas que sostenía Arturo Soria en su revista La Ciudad Lineal. Revista de Higiene, Agricultura, Ingeniería y Urbanización, publicada a partir de 1897, sin mucho éxito, excepto en Castrillón, sede de la Real Compañía Asturiana de Minas, que tendrá un papel importante en el apoyo a estos proyectos.